A pesar de todo, avanzamos
A nadie se le oculta que en los últimos tiempos las circunstancias no están siendo precisamente las más favorables.
Habría que vivir en otro planeta para pensar que la coyuntura actual, desde antes de la pandemia y hasta hoy, no iba a afectarnos a todos. A las personas, a las empresas, a la economía de las grandes cifras y a la del día a día de los vecinos, y por supuesto, a los municipios. Todo proyecto previsto o en marcha, pequeño o grande, se ha complicado exponencialmente, y no sólo por la repercusión directa o derivada del coronavirus.
Lo decíamos recientemente, cuando por fin pudimos poner la primera piedra del Centro Deportivo Parque Norte, nos hubiera gustado poder hacerlo cuando estaba previsto, pero nadie podía imaginar que viviríamos los acontecimientos que nos han tocado, las crisis sucesivas y superpuestas, de naturaleza sanitaria, meteorológica, humanitaria y siempre, al final, económica.
Lo último están siendo las consecuencias directas e indirectas del encarecimiento energético, agravadas por una guerra a las puertas de Europa y que, en palabras de expertos, apenas acaban de comenzar.
Rusia y Ucrania son grandes productores y suministradores de bienes que consumimos el resto de países, más allá de los combustibles o los cereales. Los materiales de construcción, sin ir más lejos, se han encarecido entre un 20% y más de un 50% (plásticos, metales, etc.). Y a eso hay que añadir la escasez o el retraso de los materiales y suministros que se necesitan a pie de obra.
Con una inflación que supera por primera vez en 37 años el 10%, no hay muchos motivos para pensar que, al menos de momento, las cosas vayan a ir a mejor, sino todo lo contrario.
Y sin embargo, a pesar de todo, seguimos avanzando. Continuamos con la mejora y la construcción de un Tres Cantos del que todos podamos sentirnos orgullosos. Con mil problemas que solucionar cada día, pequeños y grandes. Con retrasos, con aplazamientos, obligados a tomar decisiones que nunca tomaríamos si la coyuntura no fuera la que es.
Pero ese es el escenario y nosotros, los actores que han de seguir representando su papel, si cabe con mayor ímpetu cuando las cosas se ponen difíciles. Así entendemos que debe ser. Quienes tenemos la responsabilidad de sacar adelante los proyectos aprobados, las obras comprometidas, la mejora urbana, los equipamientos y servicios de una ciudad cuyo pulso no se para, tampoco podemos detenernos porque el viento sople en contra. Asumimos hace tres años el reto de gobernar esta ciudad de la mejor forma posible, en los buenos y en los malos momentos. Y asumimos entonces, hoy y mañana, el deber que nos toca, porque para eso somos servidores públicos. Seguiremos sacando adelante el trabajo en los plazos más reducidos que sea posible. Intentaremos ajustarnos a lo presupuestado hasta donde sea razonable. Tendremos que ir capeando el temporal con las mejores artes y las mejores armas que tenemos, que son siempre la honestidad y el compromiso con los vecinos de Tres Cantos.
