Sonia es una de las docentes más veteranas de Tres
cantos. Tras casi 30 años al frente del colegio Aldebarán de Tres Cantos, dice
adiós a toda una vida como maestra.
Tras 26 años al frente
del colegio, ¿Cuáles son los mejores recuerdos?
Aunque siempre hay
momentos especiales, lo mejor es sentir que cada día te espera algo nuevo, el
colegio es algo dinámico, la convivencia, el aprendizaje continuo.
¿Cuándo supiste que
querías dedicarte a la docencia?
No antes de empezar a
trabajar. Cuando estás en clase, con los niños y niñas, que te observan, que
esperan que les ayudes y acompañes, que respondas a sus inquietudes, que
provoques su aprendizaje, es en ese momento cuando te das cuenta de la
oportunidad y responsabilidad que asumes con los ellos y con la sociedad. Te
sientes afortunada al poder dedicarte a lo que te gusta, pero eres consciente
de tu influencia, lo que haces y lo que dejas de hacer, lo que dices y cómo lo
dices, el lenguaje verbal y no verbal, tu actitud y aptitud, la importancia de
cuidar a los demás, de estar atenta, de identificar las necesidades de los otros,
ser generosa, preocuparte y ocuparte, reconocer y manejar los sentimientos y
emociones … No es fácil pero es muy gratificante.
En tus años de
experiencia, ¿Cómo ha evolucionado la educación y cómo afectó al colegio el
tema del bilingüismo?
Hemos pasado de una
enseñanza dirigida, bastante rígida, con el maestro subido en una tarima, tiza,
pizarra y cuatro mapas por las paredes a ser dinamizadores. Necesitamos que las
aulas sean abiertas. Compartimos experiencias, incorporamos propuestas, nuevas
estrategias metodológicas y recursos didácticos. Observamos y tratamos de
ofrecer respuestas adecuadas a las características individuales y del grupo,
basamos la actividad docente en la participación y la inclusión. Y, aunque los
currículos siguen condicionando la actividad docente, somos más flexibles y
tratamos de adaptar los programas.
La escuela debe favorecer
una educación integral. Los aprendizajes cognitivos implican también el cuidado
de un adecuado desarrollo afectivo y socioemocional.
El Aldebarán siempre ha
sido un colegio muy activo y ha participado continuamente en proyectos de
innovación y mejora. Solicitamos el programa bilingüe en la primera
convocatoria un poco a ciegas, pero sonaba bastante bien. Nos sorprendió que no
nos lo concedieran y los criterios injustos que se aplicaron en aquel momento,
incluso reclamamos a la Consejería. Desde ese momento hemos analizado y
valorado el desarrollo del programa en la Comunidad de Madrid y, pese a las
fuertes presiones externas, el centro ha considerado hasta ahora que hay otras
propuestas que nos interesan más y se adaptan a las necesidades y
características de nuestros alumnos.
Reconocemos la
importancia del aprendizaje de las lenguas y el inglés siempre ha tenido un
tratamiento preferente en el centro, hemos incluido iniciativas propias para
mejorar el desarrollo de esta área y creemos que el nivel de nuestros alumnos
es bastante bueno y no supone un grave inconveniente para sus estudios
superiores, sin embargo, consiguen desarrollar otras destrezas y competencias
que consideramos muy necesarias en esta etapa educativa.
Después de media vida en
este colegio, ¿Qué es lo que más vas a echar de menos?
La oportunidad de
aprender cada día, la ilusión de incorporar nuevas propuestas, la relación
personal con los niños y con mis compañeras y compañeros. Las risas, la
inocencia de los peques y su espontaneidad , las emociones esperadas e
inesperadas… y los abrazos.
Para poner un broche de
oro a tu carrera, te ha tocado gestionar la pandemia ¿Cómo ha sido el inicio
del curso escolar para profesores y alumnos?
Muy difícil. Hemos tenido
que preparar todo sin orientaciones, sin instrucciones, sin formación adecuada,
con precipitación y asumiendo responsabilidades que no nos corresponden. Las
comunicaciones un poquito más concretas de la Consejería llegaron los días 30 y
31 de agosto y durante los primeros días de septiembre.
Hemos tenido que
organizar los centros, adaptarlos a las medidas higiénico-sanitarias durante
las vacaciones y utilizando criterios propios para adquirir y disponer espacios
y materiales sin conocer las últimas disposiciones, plantillas de profesores y
personal del centro ni posibilidad real de distribución de los grupos.
En nuestro caso , además, no nos informaron de la decisión final del nombramiento de la directora hasta el día 2 de septiembre. Yo cesé el día 3.
Entendíamos la inquietud de toda la Comunidad Educativa, pero no podíamos concretar nada de manera oficial hasta casi el inicio de las clases.
Se han tenido que adaptar
metodologías, recursos, grupos e instalaciones para favorecer la seguridad y
protección frente al coronavirus.
Lo mejor es contar con la
implicación, participación y responsabilidad de todos. La excelente colaboración
y relación con las familias facilitará que todo vaya bien.
Tras esta larga trayectoria has vivido multitud de anécdotas, ¿Podría
contarnos algunas?
Cada día hay algo que nos sorprende. En Aldebarán, desde el inicio, hemos contado con
situaciones nada habituales. Desde haber comenzado sin edificio (estuvimos
varios años en la antigua Casa de la Cultura – actual CEIP Ciudad de Nejapa) ,
compartimos durante algunos cursos ambos edificios y recursos como CEIP
Aldebarán (con dos comedores, dos AMPAS y un único esqueleto que paseaba como
acompañante en mi coche cuando lo necesitaban en el otro centro para estudiar
los huesos).
“Olvidaron” planificar un cerramiento perimetral del colegio y durante
un tiempo estuvimos sin valla ¡Unos niños de infantil se marcharon a su casa sin
avisar!
También “olvidaron” conectar los desagües con el alcantarillado. ¡Por
fin descubrimos porqué olía tan mal!
Hay muchísimas anécdotas en las clases, en celebraciones, por los
pasillos. Es un cole que vive, ríe y llora con todos los que compartimos en él
parte de nuestros días.
¿Y algún momento difícil?
A nivel educativo fue difícil el cierre de clases al reducirse el número
de alumnos, pero , sobre todo, el despedir a algunos maestros suprimidos por
esta circunstancia.
La presión institucional ha sido siempre muy fuerte , no sólo por forzar
el bilingüismo, se nos ha considerado la “Aldea Gala”, los rebeldes y no ha
sido así. Hemos sido consecuentes con el éxito de nuestros criterios y proyecto
educativo. En muchos sentidos nos hemos sentido poco valorados, atendidos e,
incluso, discriminados.
Pero, sin duda, lo peor se vive desde el inicio de esta crisis
sanitaria.
¿Qué legado crees que has
dejado en el colegio?
He tratado siempre de mantener las puertas abiertas, de crear un buen
ambiente para desarrollar la actividad escolar y las relaciones interpersonales.
Favorecer la participación de todos en las actividades del colegio.
He procurado dar la oportunidad de observar y aprender manteniendo la
actividad de formación permanente del profesorado sobre todo mediante la
colaboración e intercambio de experiencias con otros centros en programas de
cooperación nacional e internacional y, sobre todo, a nivel interno.
He promovido la participación en muchísimos proyectos y programas de
innovación educativa siempre en convocatorias públicas. Hemos sido reconocidos
a nivel nacional e internacional por nuestra actividad docente y por los resultados
obtenidos.
Pero, principalmente, he
procurado cuidar a las personas. He intentado estar siempre atenta a las
necesidades de todos. Nada habría sido posible sin el apoyo y cariño de mis
compañeros y compañeras.
Soy consciente de mis
limitaciones y errores, pido disculpas por todos ellos y, sobre todo, mi adiós
va cargado de un inmenso agradecimiento.
Muchos años muy felices. Aldebarán
siempre seguirá conmigo.