Las lluvias no detienen a los 2.000 corredores en el penúltimo encierro, donde la pericia de los pastores evitó mayores incidentes.
El penúltimo encierro de Sanse, celebrado en el marco de las fiestas del Santísimo Cristo de los Remedios, concluyó con seis lesionados que ya han sido dados de alta. La carrera, que tuvo una duración total de 2:15 minutos, se desarrolló bajo condiciones difíciles debido a un suelo mojado por las lluvias nocturnas.
Pedro Martínez, jefe de Protección Civil, destacó que fue «una suerte» que no se registraran más heridos, dado el alto riesgo que suponía el terreno resbaladizo. Todos los heridos graves se produjeron en la última fase del recorrido, especialmente en la curva de las calles Estafeta y Real.
Carlos Bolarín, concejal de Festejos y Seguridad, elogió la labor de los pastores por guiar a las reses de manera impecable, lo que redujo los riesgos para los corredores. Los astados, que serán lidiados esta tarde, se mostraron imponentes, brindando un espectáculo memorable a lo largo del recorrido.
