Los más de 3.000 kilómetros que separan las islas Canarias de Hungríaconvergieron este viernes en el Grand Palais de París, donde Viviana Marton se alzó con el título de campeona olímpica de taekwondo en la categoría -67kg. La joven deportista, de tan solo 18 años, nació en Tenerife en 2006, pero representa a Hungría en las competiciones internacionales, puesto que es el país de origen de sus progenitores. Fueron ellos quienes decidieron apuntarla, junto a su hermana gemela Luana, a taekwondo para reconducir toda la energía que ambas desprendían desde bien pequeñas.
Equipo Hankuk-UNIVERSAE
Las apodadas como ‘Golden Twins’ llevan entrenando desde los 12 años en el Club Hankuk de Sanse, en el que forman parte, junto a Adriana Cerezo y otras jóvenes atletas, del equipo femenino Hankuk-UNIVERSAE. Este formidable grupo de deportistas concentra la mayor cuota de talento del taekwondo español, como atestiguan sus inmaculados resultados en los campeonatos nacionales e internacionales en los que coleccionan medallas. La presea que Viviana logró este viernes no es sino el broche de oro a otra excelente temporada y el merecido reconocimiento al trabajo bien hecho.
Final contundente
Volcánica como el Teide y serpenteante como el Danubio, Marton hizo valer sobre el tatami su entrega y valentía en un combate en el que siempre llevó la iniciativa. Venció a su rival, la serbia AleksandraPerisic, en solo dos asaltos y estalló en un grito de alegría con el que expulsaba toda la tensión contenida durante el enfrentamiento. Tras abrazarse con su entrenadora, Suvi Mikkonen, ambas exhibieron la bandera de Hungría, en primer lugar, y más tarde la de Canarias. Una comunidad que no solo ha sido testigo del nacimiento de las ‘Gemelas de Oro’, sino que también acoge periódicamente las concentraciones con las que el equipo femenino Hankuk-UNIVERSAE se prepara antes de una gran cita deportiva.
Arraigo en Sanse
El arraigo de Viviana por el paraíso isleño, por San Sebastián de los Reyes —localidad en la que reside y entrena habitualmente con el resto de sus compañeras del Hankuk— y, en definitiva, por España es más que evidente. Seguramente es esta circunstancia la que la condujo a bromear antes de viajar a la capital francesa con que, de subirse al podio en las Olimpiadas, “podríamos llegar a un acuerdo para que el triunfo sumara tanto para Hungría como para España”. Es por ello, que bien podría atribuirse la mitad desu preciado metal al medallero español y alcanzar, de esta forma, los cinco oros y medio.
Lograr que un atleta se clasifique para unos Juegos Olímpicos es un reto mayúsculo, en el que la mayoría se queda por el camino. Conseguir, como ha hecho el Hankuk-UNIVERSAE, que dos integrantes del mismo equipo participen en París 2024 supone una hazaña digna de ser reconocida. Además de Viviana, Adriana Cerezo también formó parte de la expedición a la capital francesa. Aunque no pudo repetir el magnífico resultado de Tokyo 2020 —donde obtuvo la medalla de plata— y cayó en cuartos de final, volvió a demostrar por qué el taekwondo español está en las mejores manos —y pies—: “Vamos a juntar todas las ganas y la energía para cambiar esto en Los Ángeles 2028 (próxima cita olímpica)”, aseguró con una madurez y ambición impropias para alguien de tan solo veinte años.