Ante una crisis de
pareja un profesional de la psicología puede intervenir en tres momentos
claves: antes, durante y tras el proceso de separación. En cada momento el
papel del profesional será distinto.
Antes de una
separación la intervención del psicólogo puede ser muy diversa. Lo más habitual
es que el psicólogo intervenga desde un enfoque clínico, es decir, como
terapeuta de pareja con el objetivo de buscar soluciones al problema en
particular. Problemas de comunicación, diferencias de opiniones, dificultades
en la esfera sexual, infidelidades o desgaste debido a la convivencia suelen
ser los motivos más habituales de consulta.
Otra forma de
intervención, normalmente ya decidida la separación, sería la actuación como
mediador en un proceso de “Mediación”. La mediación familiar, cada vez es más
habitual en nuestro país, es un proceso negociador en el que se ayuda a tomar
decisiones acerca de la separación. La mediación no es un proceso terapéutico
como la terapia de pareja, sin embargo, a medio y largo plazo resulta muy
beneficioso si tenemos en cuenta que con ella se consigue minimizar el impacto
que supone una separación matrimonial tanto en la pareja como en los hijos menores.
En la mediación el
psicólogo interviene normalmente con un abogado. En estos casos, los
profesionales actúan de forma imparcial, ayudan a que la pareja, de forma
activa, tome sus propias decisiones, sobre todo en aquellos puntos más
conflictivos como pueden ser los acuerdos económicos o la guarda y custodia de
los menores. Tras la mediación se redacta un documento que puede servir como
base para la tramitación legal de una separación de mutuo acuerdo.
También durante la
separación el profesional de la psicología puede actuar desde un punto de vista
clínico, prestando apoyo en el momento de la crisis desde una terapia
individual a los miembros de la pareja o a los menores, según la necesidad.
Desde un punto de
vista forense o pericial, el psicólogo también puede desempeñar un importante papel
en este momento del proceso. Los informes periciales se realizan en este ámbito
para evaluar la situación y ofrecer más información a los jueces durante el
proceso de toma de decisiones acerca de la guarda y custodia. A la hora de
valorar cual es la mejor opción sobre la guarda y custodia, el psicólogo debe
buscar la opción que mejor se adapte a las necesidades de los menores
dependiendo de las características individuales de cada caso y el momento en
particular.
Tras la separación, el profesional de la psicología puede ayudar a afrontar los cambios tanto a alguno de los progenitores como a los menores si así lo necesitan. Además, también es frecuente que transcurrida la separación puedan realizarse asesoramientos y evaluaciones a nivel pericial ante posibles cambios en la custodia o discrepancias de los progenitores.
Estas intervenciones
pueden realizarse tanto desde un ámbito privado como público, dependiendo de
los recursos disponibles en cada caso, pero para garantizar que el
asesoramiento sea el adecuado, es imprescindible que los profesionales de la
psicología tengan una formación y experiencia que les cualifique para realizar
la terapia de pareja, la mediación o la evaluación pericial según sea el caso.
Si se encuentra en
alguna de estas circunstancias no dude en pedir ayuda, un profesional de la
psicología puede ayudarle a superar las dificultades.