A
todo se le debe buscar el lado bueno, incluso a las pandemias como la que
estamos viviendo. Así lo afirman expertos psicólogos y psiquiatras, que piden a
todos un esfuerzo por tratar de extraer la parte positiva de todo esto. Y es que,
pese a que el Covid-19 haya traído desgracias de todo tipo, no se
puede negar que también ha aportado algunas cosas impensables hace tres meses. Me
comentaba un amigo el otro día que nunca había estado apoyado mirando el
paisaje por su ventana más de diez minutos y que, debido a esta situación, lo
ha cogido como hábito en estos últimos meses.
Estamos
andando más que nunca. Lo del deporte es algo inaudito, de esta pandemia vamos
a sacar una generación de medallistas olímpicos seguro. Nuestros niños y nuestra
niñas están viviendo la ciudad como nunca la habían visto, descubriendo nuestros
alrededores, también rincones que nunca habrían conocido en la pantalla de
cualquier dispositivo electrónico, los cuales se mantienen como nuestra
asignatura pendiente, pero claro con tanto tiempo muerto como hemos tenido
cualquiera se atreve a negarles esa droga blanda del siglo XXI.
Uno
de los primeros efectos de este confinamiento es la notable reducción de
la contaminación. En Madrid ha descendido de media un 49% desde que se inició
el encierro domiciliario. También ha habido mucha unión ciudadana, en los
balcones, delante de las máquinas de coser antiguas y de impresoras 3D
modernas, para la confección de mascarillas y viseras.
El
estar tanto tiempo metidos en casa ha aportado también cosas positivas. El
teletrabajo, los gritos desesperados de las madres y padres realizando labores
de docentes por accidente. Hemos recuperado las escaleras y abandonado los
ascensores, hemos recuperado la calle y abandonado la carretera,
En
definitiva, dentro de toda esta anormalidad y este miedo contenido, la gente ha
sabido extraer el jugo de la situación para aportar cosas positivas.
No
quiero terminar este editorial sin acordarnos de la parte negativa, los que nos
dejaron y los que lucharon por intentar que no nos dejarán, solo ellos tendrán
en su interior lo que vieron con sus ojos y la impotencia de no poder salvar
más vidas.