Por Luis Barbado
En el número del mes anterior felicitábamos a Carmina Juez por su 80 cumpleaños y comentábamos cómo va desapareciendo la primera generación de tricantinos que llegaron a la ciudad en la década de los ochenta. Pues bien, ese mismo día 20 de septiembre recibíamos la triste noticia de la muerte de otro pionero local, Gustavo Matías, de 72 años, cofundador de TCU en 1987. Falleció después de bastantes meses peleando con un cáncer complicado.
Gustavo era hijo de emigrantes de un pueblo de Salamanca y, procedente de Madrid, se estableció con su familia en Foresta en el año 1984. Ya entonces era un brillante periodista económico de El País pero también le preocupaba la precaria situación en la que se encontraba entonces la nueva ciudad. A través de la Asociación de Vecinos -que presidía la propia Carmina Juez- canalizó sus reivindicaciones y las elevó a nivel político siendo cofundador de TCU en 1987. Para las elecciones de ese año se encargó de darle forma al programa electoral que reclamaba la segregación, respondiendo así a las demandas de los vecinos, hasta entonces ignoradas por los partidos políticos.
Tras las elecciones, que fueron un rotundo éxito para TCU y para los vecinos, por dar vía libre al proceso de la segregación, Gustavo y su amigo Donato Fernández pusieron fin a su corta vida política dándose de baja en TCU en protesta por el pacto con AP/PP. Sin embargo, estos dos profesores de la UAM no se desvincularon de la vida social de la ciudad. Ambos, junto con la socióloga Mónica Egea, realizaron varios estudios de consultoría sobre el desarrollo de la ciudad y escribieron sobre ella largo y tendido a través de libros y artículos en distintos medios.
En las últimas décadas, Gustavo se centró en la enseñanza universitaria y escribiendo numerosos libros sobre la sociedad digital, así como en promover proyectos relacionados con la comunicación, dando rienda suelta a sus inquietudes y curiosidades, que eran muchas. Unos tuvieron más éxitos que otros, pero siempre estuvo atento a la realidad y a las transformaciones sociales derivadas de los últimos cambios económicos, tecnológicos y medioambientales.
Sus amigos y alumnos le recordarán siempre por su generosidad y por no haber pasado desapercibido en ningún sitio por donde pisó, tampoco en Tres Cantos. DEP
