Luis Barbado.
Los precios de las viviendas, tanto en compra como en alquiler, son un indicador económico (renta disponible, escasez de suelo urbano, etc.) y del atractivo que tiene un municipio o una zona determinada para atraer a nuevos residentes. Sin embargo, lo que es bueno para economías familiares de clase media alta, o para inversores, no lo es tanto para los jóvenes mileuristas que deseen independizarse o crear nuevas familias sin tener que trasladarse a otros municipios con precios más asequibles.
De acuerdo con las estadísticas del portal inmobiliario Idealista, en Tres Cantos la economía es boyante (potencial de empresas radicadas, nivel y calidad de empleo, etc.) y estamos en máximos históricos en precios de alquiler (10,6 euros el m2), aproximándonos en cuanto a los de compra/venta, acercándonos a los de la burbuja inmobiliaria de los años 2006-2009.
Para paliar esta escalada de precios, es imprescindible ampliar el suelo urbano y, sobre todo, promover vivienda pública para los colectivos más desprotegidos, jóvenes, familias con hijos, dependientes, etc., como ocurre en los países europeos más avanzados que cuentan con un amplio parque de vivienda pública. En Tres Cantos estas políticas se han llevado a cabo desde la segregación, en los años noventa con resultados desiguales, pero parece que no son suficientes para frenar los precios y la emigración de jóvenes, algunos hacia Colmenar Viejo, con alquileres más baratos (8,9 euros el m2 en mayo pasado).
La Comunidad de Madrid, parece que tiene previsto iniciar las obras de una nueva promoción en la tercera fase, con 563 viviendas de distinta tipología, en el mes de julio, destinada a jóvenes, mayores y otros colectivos. ¡Bienvenidas sean!