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El Alzheimer y la Culpa: Decisión de Residencia

  • 3 de junio de 2024 –
    Opinión de Tres Cantos

En medio de todo este cúmulo de emociones y dificultades, es importante recordar que también tenemos derecho a cuidarnos, y para ello está bien pedir ayuda a personas cercanas, profesionales o personas que estén pasando por lo mismo.

Alzheimer residencia psicologa

La decisión de llevar a una residencia a un familiar Alzheimer, u otra demencia, es muy complicada y conlleva mucho sufrimiento. No solo toca lidiar con el propio sentimiento de culpa, sino también con los comentarios culpabilizadores de la gente cercana.

Para los familiares que los cuidan, los problemas de conducta que surgen a medida que progresa la enfermedad son una fuente constante de estrés y agotamiento emocional. El Alzheimer no solo afecta la memoria, también puede alterar profundamente la personalidad y el comportamiento de una persona. Los episodios de confusión, ansiedad, agitación e incluso agresión son desafortunadamente habituales. Estos comportamientos pueden resultar extremadamente difíciles de manejar para los familiares, no solo porque carecen de entrenamiento en este aspecto, sino también porque están lidiando con su propio duelo al ver cómo la persona que una vez conocieron está cambiando debido a la enfermedad. En muchos casos, esta persona es un padre o una madre, lo que añade una carga emocional adicional a la situación.  Nos encontramos tratando de calmar a un ser querido que está angustiado, pero a menudo nos sentimos impotentes ante su sufrimiento.

Además de los problemas de comportamiento, también debemos enfrentar las complejidades médicas del Alzheimer. La gestión de los medicamentos, la atención de las necesidades médicas cambiantes y la coordinación con múltiples profesionales puede ser muy complicada. Se suman además otras dolencias o enfermedades que van apareciendo con la edad y resulta aún mas complicado atender todas las enfermedades de nuestro ser querido de manera eficaz.

La falta de comprensión de los que nos rodean solo agrava este sentimiento de culpa. Los amigos y familiares a veces juzgan nuestras acciones, sin comprender completamente la naturaleza impredecible del Alzheimer y todos los cuidados que necesitan «¿No estaría mejor contigo en casa?», “con todo lo que hizo por ti y ahora tu lo llevas a una residencia”, “¿no será mejor poner una persona unas horas?” son algunas de las preguntas y afirmaciones que se pueden escuchar. Estos comentarios, muchas veces bienintencionados, solo alimentan los propios sentimientos de inadecuación y culpa.

En medio de todo este cúmulo de emociones y dificultades, es importante recordar que también tenemos derecho a cuidarnos, y para ello está bien pedir ayuda a personas cercanas, profesionales o personas que estén pasando por lo mismo. No es necesario poder con todo. Necesitamos cuidarnos para poder cuidar.

Es importante confiar en nuestra intuición y en el conocimiento de que estamos haciendo lo mejor que podemos en unas circunstancias increíblemente difíciles. Tomar esta decisión no es un acto de abandono, sino un acto de amor y sacrificio. Estamos haciendo todo lo posible por aquellos que más amamos, y eso es lo más importante. Solo aquellos que cuidan de un familiar con Alzheimer comprenden verdaderamente las complejidades de esta experiencia y también es importante reseñar que no todos los casos son iguales. Incluso cuando el ser querido es trasladado a una residencia, los cuidadores continúan enfrentando la enfermedad día tras día, mientras lidian con el dolor de ver cómo su ser querido se desvanece lentamente. Sin embargo, en medio de este duelo, también se puede aprender a valorar los pequeños momentos de conexión y felicidad que aún pueden compartir con su ser querido afectado por la enfermedad.

Rocío Peces Morera. Psicóloga Sanitaria.

Terapeuta EMDR. Cognitivo-conductual

Centro Aperta Psicología y Bienestar

 

 

 

 

 

 


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