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La tortura de la ‘operación bikini’

  • 14 de junio de 2022 –
    Psicología de Tres Cantos, Salud de Tres Cantos

Con el buen tiempo, como cada año empieza la operación bikini, y con ella, cómo no, empieza la “operación autocrítica”: que si estoy gorda, que si doy asco, que así no bajo a la piscina…

Nuestra preocupación por nuestra imagen, por nuestro cuerpo, y sobre todo por esos kilos de más se agudiza a medida que sube la temperatura y se acerca el temido momento del cambio de armario.

Pero ¿por qué somos tan duros con nosotros mismos? ¿por qué nos cuesta aceptar tanto nuestro cuerpo?

La presión por estar bien, delgados, jóvenes, estupendos, cada vez es mayor en nuestra sociedad. Si bien antes era una preocupación mayoritariamente de las mujeres, ahora son pocos los hombres que se escapan de la presión por tener un “físico adecuado” y una buena imagen.

Pero reflexionemos un poco sobre el tema. Si vemos fotos de otras décadas, veremos que los cánones de belleza varían al igual que lo hace la moda. En la actualidad el ideal de belleza se acerca más a una imagen corporal incompatible con la salud y está muy lejos de la realidad de la mayoría de la población. 

¿Acaso no sabemos que las fotos que aparecen en las redes sociales están en la mayoría de los casos retocadas? Pero parece que nos da igual. A pesar de que sabemos que son metas en la mayoría de los casos inalcanzables, las hacemos nuestras y nos castigamos una y otra vez si no llegamos a conseguir nuestro objetivo.

La imagen corporal es uno de los principales componentes de la autoestima, por lo que, si estamos continuamente evaluándola de forma negativa, estamos agrediendo directamente a nuestra autoestima. Conseguiremos una imagen corporal negativa, distorsionada por el efecto de unas metas inalcanzables y una autocrítica destructiva y despiadada. Todo esto puede tener un efecto negativo en muchas personas a la hora relacionarse con los demás aumentando la ansiedad social. Un aumento de la inseguridad hace que la persona empiece a evitar situaciones en las que se siente juzgada y se va aislando, hasta que finalmente cae en otra distorsión cognitiva “ves, estoy sola porque estoy gorda, porque doy asco”.

Damos al aspecto físico un valor irreal siendo que no es lo más importante de la atracción entre dos personas. Sí, igual en un primer momento lo es, pero pasadas unas horas son otras las características que nos atraen, la amabilidad, la simpatía, el sentido del humor, la conversación, esa sonrisa, etc.

No se trata de descuidar nuestro físico, de no ser coquetos o incluso algo presumidos, pero tenemos que darle a nuestro cuerpo, a nuestra imagen, el valor real que tiene en nuestra vida. El problema es cuando pasamos del gusto y placer por vernos bien y sentirnos atractivos, a la obligación y obsesión, a la necesidad por estar perfectos. Si hacemos de nuestra imagen el principal componente de nuestra autoestima, seremos muy vulnerables y podremos caer fácilmente en estados de ansiedad y estados depresivos.

Si de verdad tienes un problema de sobrepeso, la autocrítica y el autocastigo acompañados de la última dieta del mercado no es la mejor de las soluciones. En estos casos es importante analizar cada caso y valorar qué influye en ese sobrepeso, si hay un origen médico, si son unos hábitos poco saludables, si el estado emocional te está influyendo, o si son las tres a la vez. Con un buen análisis y abordaje multidisciplinar se pueden conseguir buenos resultados, duraderos, y lo que es más importante, que no destruyan tu autoestima y aprendas a quererte más.


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