Por Victoria Trabajo
Se acerca el final de año y son muchas las personas que se muestran agotadas mentalmente. En muchos casos la necesidad de vacaciones, lo estresante de muchos trabajos con los cierres de año o el ajustar en estas fechas tantos compromisos sociales y familiares puede ser una explicación. Pero hay personas que este cansancio mental lo mantendrán pasadas estas fechas, y esto es porque tienen un exceso de carga mental.
Podemos definir la carga mental como la cantidad de esfuerzo mental deliberado para conseguir un objetivo concreto, es decir, el procesamiento constante de información y toma de decisiones que acompañan a las tareas diarias. Si lo pensamos, hay muchas tareas o trabajos que pueden conllevar un exceso de carga mental, pero si somos conscientes de ello podemos buscar momentos de descanso para desconectar y descansar.
El problema es cuando nuestra vida en general es la que nos produce esta carga mental. La lista de obligaciones diarias, de tareas pendientes, responsabilidades y pensamientos que rodean todas éstas pueden suponernos un fuerte desgaste mental. La continua sensación de no llegar a todo, además de ser agotadora resulta frustrante y muy culpabilizadora. En esos momentos el desánimo y la falta de concentración suelen invadirnos, lo que agrava la situación pudiéndonos llevar a serios problemas de ansiedad e incluso estados depresivos. En este punto es habitual cometer errores y presentar síntomas de tipo físico como son cansancio y dificultades para dormir. Al final nos dominan las frases del tipo “soy un desastre”, “no puedo con mi vida”, etc.
En muchos casos la falta de ayuda o la complejidad de las tareas generan esta carga mental, pero en otros casos la propia autoexigencia es nuestra peor enemiga, la que nos llena nuestra cabeza de tareas y la que impide que deleguemos por el miedo a que no salgan bien.
Para poder sentirnos mejor tanto a nivel emocional como físico es importante que aligeremos esa carga mental, que aprendamos a soltar. Para ello, poder organizar las tareas, delegar parte de ellas en la familia o compañeros según el ámbito, priorizar lo importante y renunciar a lo accesorio nos ayudará en este propósito. Para poder aliviar esta carga mental puede resultar de gran utilidad tener un enfoque centrado en el aquí y ahora, es decir, centrarnos en lo que hacemos en cada momento en lugar de estar pensando en lo siguiente que tenemos que hacer. En este aspecto la práctica del mindfulness resulta muy beneficiosa. De cara al próximo año aligerar nuestra carga mental puede ser un buen objetivo, pero cuidado, sin olvidarse que para aligerar hay que soltar.
